
Las personas con dislexia tienen dificultades para leer y escribir porque confunden letras, incluso sílabas, y las cambian de sitio, las rotan y las voltean. Este problema se acentúa con aquellos signos que se parecen entre sí, cosa que en el alfabeto latino sucede con frecuencia. La ‘p’, la ‘d’, la ‘q’, la ‘b’… Por eso, un diseñador holandés decidió crear en 2008 una tipografía en la que las letras se han modificado ligeramente para distinguir mejor unas de otras y la ciencia parece estar de acuerdo con su teoría.